lunes, 16 de diciembre de 2013

Un domingo diferente

Pues como digo este domingo ha sido un domingo diferente. Me fui a la ciudad, como cada domingo que he podido aunque la verdad que hacía ya un mes que no podía ir.
En un principio había quedado con Anna (qué ganas de verla!) pero a última hora del sábado se nos estropeó el plan por planes que tenía su familia. En fin... Intentaremos que sea este domingo.

El caso es que al final me fui con mi nueva amiga Elisa y una amiga suya.
Quedamos a las 11.05h en la estación de su pueblo para coger el tren y la verdad que el día ya pintaba de locura. En el tren Elisa decidió pintarse las uñas porque en casa por lo visto no había tenido tiempo. Esto no es que sea un dato de interés, simplemente lo cuento porque me hizo mucha gracia ver como intentaba con todas sus fuerzas no salirse de la uña con los meneos del tren ya que después íbamos a ir a un brunch y no era plan de que llevara las uñas pintadas como si hubiera jugado con ellas una niña de 5 años. Estuvo bien.




Casi una hora después llegamos a destino. Gran Central Station. Y he de decir que es verdad eso que dicen de que es una estación muy bonita y bla bla bla. Sí, lo es. O por lo menos sí es mucho más bonita que Penn Station. Tiene grandes ventanales y en el techo tiene pintadas constelaciones que en su día se pintaron para verse desde arriba, supongo que sería un error porque si no sentido... poco.




 
 
 

 

En la Gran Central cogimos el metro dirección Central Park para que Elisa lo viera. Aunque no vimos gran cosa ya que entramos por "una calle" y salimos por la siguiente. Aunque la verdad mejor así, porque el agua de la nieve se había convertido en hielo y había sitios complicados de atravesar. Y yo que no tengo botas de nieve y me puse unas normales de suela lisa puessssssssss para mi fue lo mejor que pudimos hacer. Salir rápido de una caída segura. Ridículo a ser posible no, gracias.
Imaginaros como estaría es suelo si el lago de los patos estaba congelado...


 

 



De Central Park nos fuimos a ver tiendas de ropa y yo me terminé comprando un gorro para el maldito frío este que tenemos. No soy una persona a la que le queden bien los gorros precisamente pero como diría mi madre en este caso, ande yo caliente ríase la gente. O sea que... Con el gorrito a todas partes a partir de ahora.
Vimos varias tiendas diferentes y por supuesto no podía faltar la mega tienda de m&m's de Times Square. En serio, es brutal. De hecho lo que menos hay son m&m's. Estoy completamente enamorada de esa tienda y aunque no fuera el mejor trabajo del mundo tengo que decir que me encantaría trabajar ahí por una temporada.
Por lo tanto, todos los que vengáis alguna vez a Nueva York no os podéis ir son visitarla. Hacedme caso ;) No os vais a arrepentir.


 
 
 

Antes de salir de la tienda y entre estantes Elisa se quitó los leggins que llevaba debajo del vestido y se cambió las botas de nieve por unos botines con tacón. Ya estaba lista para el brunch. Yo preferí esperarme a llegar al sitio ya que no me podía cambiar los pantalones y las botas por una falta y tacones entre estantes. Lo mío era algo más complicado.
Así que salimos a la calle y cogimos un taxi dirección al brunch.

Ah bueno! Se me olvida mencionar que vimos a un personaje en mitad de la calle desnudo tocando la guitarra. No sé muy bien el sentido de estar desnudo a esas temperaturas, pero bueno. Él lo estaba y parecía muy tranquilo.




Cogimos un taxi para ir a la discoteca y asistir al brunch. Y bien, os cuento lo que es un brunch neoyorquino para los que no lo sepáis. Parece ser que es algo muy famoso pero yo no lo he sabido hasta este domingo.

Llegas a la discoteca, obviamente enseñas el pasaporte y pasas. Te sientas en una mesa con gente que no conoces y esperas a que llegue la comida. A todo esto con la música de principio a fin al volumen por supuesto de música de discoteca.
Traen la comida. En este caso nos sirvieron ensalada, tortilla francesa de setas, pasta, patatas fritas y alitas de pollo. O sea, se come bien. Y la comida no te la sirven en un plato y ya. No. La traen en "platos comunes" y lo van reponiendo mientras se va gastando hasta que ven que la gente retira los platos en plan "voy a explotar".

Con las bebidas lo mismo. Para comer es sólo zumo de naranja. No entendí muy bien por qué no había Coca Cola o agua pero bueno... Igual que la comida las van reponiendo según se van gastando.

Cuando las mesas van terminando de comer los camareros retiran todas las sillas y todas las mesas menos una. De esta manera dejan el espacio como pista de baile. Y en la mesa que dejan traen una cubitera con hielos, vasos, zumo de naranja y de no se que más y una botella de Vozka. Y otra vez se repite la misma historia. Las botellas de Vozka las van reponiendo según se van gastando. Y así hasta que todo se acaba a las 18.30h.

Así que es como salir de fiesta pero de día. Para gente como yo que no nos dejan llegar de madrugada pues es una buena alternativa. Aunque sinceramente, me parece que esa regla me la iré saltando poco a poco muy sutilmente...

Ah! ¿Y a que no sabéis qué es lo mejor de todo? ES GRATIS!!! No pague nada. Pero NADA, NADA.
Pregunté cómo era posible que no se tuviera que pagar absolutamente nada y la respuesta fue:

- Es así para las chicas. Los chicos sí que tienen que pagar. Por lo que se dice siempre. Eso de que donde van las chicas van los chicos y bla, bla, bla, Y necesitas conocer a algún relaciones para poder pasar.

Vamos, nada nuevo. Lo que pasa en las discotecas de Madrid (digo de Madrid porque yo soy de Madrid) y me imagino que de todo el mundo.

Te lo pasas igual de bien que si salieras de noche y sales igual de cansado que si fueran las 6 de la mañana. Por lo tanto, es una buena idea.

Sí, sí, me gustó. VOLVERÉ.

 

2 comentarios:

  1. Espero que no creas que todos los "Brunchs", son así...
    María

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