lunes, 6 de enero de 2014

Estos dos últimos domingos...

... Como no podía ser de otra manera, fueron en NYC.

El domingo pasado fuimos más gente de lo habitual. Mi Cris, su/nuestra (jajaja :P) amiga Cris, Anna, Jorge y yo.
Cada uno llegó a la ciudad por un lado y tardamos en estar todos juntos mucho más de lo previsto. El plan en un principio era el siguiente:
Yo llegaba a la Gran Central a eso de las de las 10.15h y las dos Crisis iban a buscarme allí para después ir a Central Park y encontrarnos con Anna y Jorge para empezar el día.

Las Crisis me recogieron en mi estación. Bien. Lo siguiente era coger el maldito metro. Sí, ese en el que paso tantas horas perdida siempre que intento viajar en el porque no hay manera de entenderlo. Aaaaarrrrrgggg.

Pues bueno, como ya digo y no podía ser menos, el día empezó en el metro. Ahora entenderéis por qué.
Después de medio aclararnos con el andén en el que teníamos que esperar llegó el metro. Gente que baja y gente que sube. Gente que entra por una puerta y gente que entra por otra. Las Crisis entraron por una puerta y cuando yo fui a entrar por la de al lado resulta que la mujer que entró delante de mi era la última persona que cabía en ese vagón. Por lo que yo tuve que dar un  paso atrás cuando las puertas empezaron a cerrarse y decirle adiós con la mano a mis dos amigas mientras me reía a carcajadas y la cara de mi Cris era un poema.

Conseguimos reunirnos en la siguiente estación y cogimos otro metro para ir a Central Park. Nos pasamos de parada porque resulta que en vez de coger el metro normal cogimos el express. O lo que es lo mismo, el que se salta 14 paradas y la nuestra ea una de ellas. No sabíamos volver atrás ya que esto no es como en Madrid por ejemplo que cada andén va para un sentido y no tiene pérdida. 

Después de preguntar y coger el metro correcto (a lo mejor ya habían pasado 2h o cosa así, no exagero), llegamos a Central Park y estaba diluviando! NOOOOOOOOOOO.
Fuimos hasta la puerta del zoo para hacernos la típica foto del reloj. "Sujétame el paraguas. Me mojo. Me empapo. Se me empapa la cámara. Los pies. Me quiero morir". El caso, gracias a una chica muy amable que se estaba calando como la que más, conseguimos la foto.



De ahí vuelta al metro para ir a otro lado del parque para ver la chapa de los Beattles. En circunstancias normales lo hubiéramos hecho andando cruzando el parque. Pero recordemos que estaba diluviando. De hecho, por esto mismo cuando llegamos a la otra estación y salimos a la calle vimos inviable el entrar en el parque. Era demasiado.
Llamé a Anna porque tampoco era posible encontrarnos en el parque en esas circunstancias y quedamos en que nos veríamos en el puerto para coger el ferry e ir a ver la Estatua de la Libertad. Cada uno iría como pudiera hasta allí. 
Y así lo hicimos. No encontramos a la entrada del ferry y vimos la estatua. O la medio vimos porque con ese tiempo... Volveremos en primavera! :)




De ahí el plan era ir a ver el toro de Wall Street, pero será algo que también tenga que esperar. Así que, como buenos españoles que somos, ¿sabéis dónde terminamos? ¿a qué no os lo imagináis? EN EL 100 MONTADITOS!!!!! Ole, ole y ole que esta vez estaba abierto!!!
¡¡Qué felicidad!! Lo juro. Estar ahí era como estar en casa otra vez. TORTILLA DE PATATAAAAAAAAA!!!! Envasada. Pero tortilla de patata. Y sangría. Bueno, bueno, estábamos como los niños la mañana del 6 de Enero. Fue genial ese final de día.



Y este último domingo también volvimos a la ciudad como se está haciendo tradición ya. esta vez sólo Anna y yo.

Íbamos sin ningún plan especial ni con idea de ir a ver nada. Sólo queríamos vernos para hablar y desahogarnos. Lo único que sabíamos era que queríamos comer sushi y cenar tapas en un restaurante de flamenco español. 

Quedamos en la Gran Central (otra vez) porque el restaurante de sushi al que habíamos pensado ir estaba sólo a tres calles. Llovia. Joooooooooder. Por suerte no mucho. Menos mal. Llegamos al restaurante y no es que estuviera cerrado, es que ya ni existía!! Pero lo mejor es que si os metéis en su página de internet es como súper guay. ¿¿Hola?? Que raro... En fin, echamos a andar buscando otro y por el camino nos encontramos un tercero. Cerrado también. Al lado había un Starbucks así que nos quedamos en la puerta robando un poco de wifi para mirar algo en internet. Tiro yo te una aplicación fantástica y maravillosa, guardamos la dirección de nueve, NUEVE! y empezamos a buscar el más cercano. Llegamos, cerrado. Ya íbamos por el tercero cerrado. Bueno venga, vamos a por el siguiente. Cerrado también. ¿¿¿¡¡¡CUATRO RESTAURANTES JAPONESES EN PLENA CIUDAD DE NUEVA YORK Y LOS CUATRO CERRADOS!!!??? WTF!?!?!?!?

Nos moríamos de hambre y no era cuestión de seguir yendo de un lado para otro como bobas. Así que nos metimos en el primer italiano que vimos y cuando terminamos de comer y salimos, vimos como a 500m un japones con un letrero de SUSHI enorme encima de la puerta y, ¿sabéis qué? QUE ESTABA ABIERTO!!!! Me cago en tó!!!!

El caso, el camino por lo menos fue divertido.





Esta última foto es del Instituto Cervantes, Centro Cultural Español. Reiros, pero cuando estás fuera de casa y ves algo de tu país te vuelves loca.

De ahí nos fuimos a la avenida Lexington porque yo quería ir a Sephora pero es taaaaaaaaaan larga que nos hartamos de andar a mitad de camino. Así que dimos la vuelta y nos metimos en la Gran Central para tomar un café antes de volver a casa.


Os dejo también las fotos del edificio Chrysler de noche y de día, para mi, de los más bonitos de la ciudad.




















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