miércoles, 6 de noviembre de 2013

Muy variopintos estos días

Hace muchos días ya que no escribo ninguna entrada y aunque parezca mentira viendo la trayectoria que llevo, lo cierto es que en esta semana no me ha pasado nada interesante ni digno de contar.
Lo único que he tenido han sido lloros de locura, cacas, vómitos, cambios de ropa cada hora, biberones y poco más. No olvidemos que tengo un bebé de cuatro meses.
Así que lo dicho, cero que contar. Como mucho, lo que me pasó el domingo estando con Anna y fue una tontería.

Quedamos por la mañana en su pueblo para comer y luego ir a la bolera o a patinar sobre hielo. Así que así hicimos, la fui a recoger a casa y de ahí nos fuimos directas al restaurante. Muerte. Y digo muerte porque a las 12 de la mañana me metí entre pecho y espalda el plato que me debería haber metido a eso de la 1 que es a la hora que suelo comer aquí. Por lo tanto, MUERTE Y DESTRUCCIÓN.

La sesión de patinaje empezaba a las 3.30 de la tarde y aun nos quedaba un rato hasta esa hora porque en el maldito restaurante donde comimos no nos dejaron tener una sobre mesa tranquila. Al revés, en cuanto vieron que llevábamos ahí sentadas al rededor de 1h empezaron a mirarnos toooodos los camareros con caras poco amigables. Aquí eso de terminar de comer y quedarte un rato hablando como que no. Aquí más bien es engulle, paga, deja propina y vete.

((Eva... apunta))

El caso, para hacer tiempo nos fuimos al Starbucks, nos pedimos un café y nos pusimos a hablar. Hablando, hablando, hablando me tiré el café encima! Mierdaaaaaaaaa. Eso es lo que tiene no poder dejar de gesticular cuando se habla. ¿Y cómo voy a ir yo así a ningún sitio? Qué vergüenza!
- Anna, llévame a comprar unos pantalones o me voy a mi casa.

Y así hicimos, me fui a comprar unos pantalones. ¿Y para qué? PARA NADA! Para nada porque al final se nos hizo tan tarde que no fuimos a ningún sitio. Ni bolos, ni patinaje, ni leches. Terminamos bostezando como animales y yéndonos a casa.

Y en mi camino hacia casa me convertí en kamikaze. Qué maldito miedo pasé! Como os podéis imaginar necesito GPS hasta casi para ir a la calle de al lado. Pues bien, cuando dejé a Anna en casa puse la dirección de mi casa.
- Gire a la derecha. A 400 m gire a la izquierda. Continúe por la 97 (por decir una).
Y así hasta que llegué a un semáforo y el GPS me indicaba que girara a la izquierda. Yo era el primer coche y cuando el semáforo se puso en verde lo hice, giré a la izquierda. Total que avanzo unos metros y de repente empiezan a aparecer 463664632064 coches contra mi. WTF!?!?!?!?!?!?!?!?
Casi me muero en ese mismo momento cuando me di cuenta de que me había metido en sentido contrario. Las piernas me temblaban, el corazón me iba a mil y yo quería que el coche y yo desapareciéramos en ese mismo momento sin dejar huella.
Os juro que lo único que pensaba era, "que no haya un coche de policía por aquí por favor, no quiero que me engrilleten y no quiero ir a la cárcel". FATAL, FATAL, FATAL.
Los coches por suerte empezaron a parar dejándome cierto espacio (menos mal) por lo que con todo mi miedo y mi nerviosismo pude dar la vuelta y conducir en sentido correcto.

También tengo que decir a mi favor que si hubiera UNA PUTA FAROLA de vez en cuando estás cosas no pasarían...

El viernes no salí y el sábado apenas fui a comerme un helado y a tomarme una cerveza.

Por cierto, ¿os acordáis del poli americano súper genial y maravilloso? Pues un cabrón. Claro... Poli = cabrón. Eso SIEMPRE (y cuando digo siempre es SIEMPRE) va asociado.
Resulta que por un error suyo me dio pie a sacar mis dotes investigadoras y ¿cuál fue mi sorpresa? QUE TIENE NOVIA. Así que cuando le escribí preguntándoselo por simple curiosidad de saber hasta donde sería capaz de llegar su mentira fue súper sincero y me contó todo. MEEEEEC, IRONÍA!!
Ni me contestó al mensaje y no he vuelto a saber más de él. Mejor así. Pobre novia o pobre Meaghan que es lo mismo... jajaja

Y lo de hoy ha sido lo siguiente:

Me levanto esta mañana tan tranquila y relajadamente ya que hoy era mi día libre. Bajo a desayunar y cuando me estaba haciendo unos huevos (ha sido la segunda vez que los como en todo este mes que llevo aquí) viene mi hm y me dice que tengo una carta para mi.
¿¿Una carta?? ¿¿Para mi?? Qué raro... La cojo y leo, "seguro médico". Mi pensamiento evidentemente ha sido, "a lo mejor me mandan los detalles de todo lo que tengo cubierto..."

Y UNA MIERDA TAN GRANDE COMO EL ÁRBOL DE NAVIDAD QUE PONEN EN SOL (MADRID, ESPAÑA)
Resulta que son todos los detalles de lo que tengo que pagar por haber ido al médico a que me dieran la receta del anillo vaginal. Os acordáis de ese día, ¿no? Todos nos reímos mucho con lo que me pasó pero hoy no me ha hecho ni puta gracia.
Resulta que por haber ido, que me toquetearan todo mi cuerpo INNECESARIAMENTE y hacerme la maldita receta para 6 meses tengo que pagar nada más y nada menos que $230,90.
A-LU-CI-NAN-TE!!!!!

Lo que yo no entiendo entonces es... ¿¿¿¿¿¿Para qué pagué un seguro médico de casi 700€ si no me cubre el que me hagan una mísera receta que sólo es un guarro trozo de papel con el nombre de lo que necesito y una firma??????
Creo que la siguiente la voy a escanear...

El caso es que no pensaba que esta entrada se fuera a alargar tanto y tenía pensado escribir un montón de diferencias España-Estados Unidos, algunas interesantes. Pero me parece que esa entrada se va a quedar para más adelante.

Y nada hasta aquí lo de hoy porque me voy a tener que ir a cenar. Dura cena la de hoy. No quiero ir...

Espero poder volver a escribir en estos días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario