lunes, 17 de febrero de 2014

Mi aventura de hoy

Spring Brake. O lo que es lo mismo, vacaciones de primavera. Típicos días de vacaciones en EEUU. Ya sabéis, los niños no tienen cole, los papis no tienen trabajo o se piden los días, etc, etc. Esto ni más ni menos lo que quiere decir es que la mayoría de las familias se van de vacaciones. Pues bien, la mía ha sido una de ellas.
Se han ido hoy de crucero.

Hace cosa de 3 días más o menos mientras yo jugaba con la pequeñita vino la madre y me dijo:

- Sandra, el lunes cuando vuelvas de clase nos tienes que llevar a Manhattan al puerto.
- ¿A Manhattan? ¿Al puerto? ¿A NYC?
- Sí, exacto. Nosotros allí no podemos dejar los coches así que evidentemente nos tienes que llevar tú.

Os podéis imaginar mi cara. Me entraron, como se suele decir, los siete males. Yo. Con un coche que no es el mio. En una ciudad que no es la mía y que no sólo eso, que es la jungla. En un país que a la mínima te engrilletan. Con un idioma que sí, lo hablo y me defiendo pero ojú. Por unas carreteras que no conozco. Sin ninguna referencia por la que preguntar en caso de perderme.
Bueno, bueno, bueno. Menudo el agobio que me entró en un momento. Pero bueno, no dije ni hice nada que no  fuera asentir con la cabeza y armarme de valor.
Sólo me quedaba pensar, "que sea lo que Dios quiera. Sandra llevas GPS, a casa vas a llegar aunque sea 3h después".

Pues bien, hoy era el gran día. Me he ido a clase después de no haber dormido absolutamente nada en toda la noche. Literal. Luego contaré el por qué. Y cuando he terminado he vuelto para casa ya que se suponía que estaban esperándome para salir lo antes posible. 
Me he dado prisa por generosidad y por si acaso, porque siendo sincera ni siquiera sabía ni a la hora que había que salir de casa, ni a la hora que tenían que embarcar, ni a la hora que zarpaba el barco. En fin, cosas y generosidades de esta familia...

Cuando ya por fin estaban todos listos el padre se ha puesto a cargar todas las maletas repartidas por todo el coche a modo de puzzle. Siete personas en el coche y siete maletas. CRAZY.
Una vez todo y todos dentro del coche era hora de salir hacia el puerto. A cada metro que el coche avanzaba yo me iba poniendo más nerviosa y más tensa. Aunque a la misma vez intentando prestar toda la atención posible a la carretera ya que se suponía que tenía que volver por el mismo sitio.

Al rededor de 40 min después estábamos ya en el puerto bajando maletas del coche.
Había llegado el momento de volver a casa yo sola. Buuuufffff... Temblándome las piernas y con la mayor tensión que se puede tener en el cuerpo pensando que si me perdía podía acabar en el centro de Manhattan y eso sí que podía ser un tremendo caos, he empezado mi camino de vuelta a casa.

Tras alguna que otra pirula que o la hacía o me arriesgaba a acabar en Mordor, mucha atención al GPS y varias pitadas he conseguido llegar a casa y oye, debo decir que sin ningún problema. Por primera vez en mi vida no me he perdido llevando GPS. (Sí, aunque lo tenga es muy normal en mi perderme). Así que he llegado a casa sana y salva deseando echarme la siesta de mi vida.

¿Qué por qué no dormí NADA DE NADA DE NADA? Porque a eso de la una de la mañana un ratón/rata/lo que fuera, decidió que colarse en la pared de mi habitación (no se cómo ni por dónde) era una buena opción para pasar la noche. Así que después de abrir la rejilla del aire pensando que podía estar ahí (no estaba) y mover el mueble de mi habitación pensando que al ser el sótano podía haberse colado (tampoco) no me quedó otra cosa que aguantar el ruido de cómo rascaba y rascaba la pared durante toooooooooooooooooooooda la santa noche en plan non-stop.
Uuuuuffffff... Ha sido totalmente horrible!!

Ahora mismo estoy en la cama y de momento no oigo nada. Esperemos que se haya ido porque si no... No respondo de mis actos! xD

No hay comentarios:

Publicar un comentario