Supongo que también influye el dormir poco por los nervios... Estoy a horas de coger ese avión que me dejará allí lejos, al otro lado del charco, en la otra punta del mundo.
Creo que aún no soy muy consciente de que me voy por mucho tiempo, de que a todos esos con los que me he despedido no les voy a volver a ver hasta dentro de muchísimos meses. Y eso, contando con que no se olviden de mí porque ya sé yo como funciona esto...
En fín, supongo que hasta que no esté en mi casa de allí no empezaré a darme cuenta de la situación.
Tengo que empezar a acostumbrarme a esta distancia, y sobre todo a pensar que como es lógico la vida va a seguir en España y yo me voy a perder muchas cosas.
Todas las decisiones tienen consecuencias y esta es una de ellas.
Hablemos de las maletas.
OMG! ¡Ha sido el mayor horror de los horrores hacerlas! ¿Cómo metes todo lo necesario para mínimo un año en una maleta? Bueno, maleta y media si contamos la de mano.
Mete ropa de verano y de invierno, zapatos de verano y de invierno, neceser con cosas muy imprescindibles, sólo un abrigo que tengo que llevar en la mano porque si lo metía en la maleta no metía nada más, en mi caso medicación para un año, ordenador, cámara de fotos reflex, (o sea, demasiado grande), carpeta con mil quinientos treinta y ocho papeles, móvil, cargadores, cartera, algún libro para poder leer algo en español, ipod y sus respectivos cascos los cuales tengo que llevar al cuello porque es imposible meternos en ningún lado, regalos (imprescindibles) y alguna cosa que otra más.
Dicho así, parece fácil de colocar todo. Pero os juro que ha sido un verdadero reto.
Me habían dicho tiempo atrás que si enrollas la ropa te cabe mucha más y el otro día me lo recordó mi compi (Cris), yo nunca había hecho una maleta de esa manera, pero dadas las circunstancias probé suerte. Y lo cierto es que no sé si será verdad o no, pero sinceramente a mí sí que me parecío que me entró más ropa que otras veces.
Empecé por la maleta de mano, y al ser tan pequeña decidí que lo mejor era llevar ahí la ropa de verano, ya que al ser más fina quizá la podía organizar sin problemas. Tardé hora y media en hacerla (LOCURA) pero conseguí meter todo lo que pretendía e incluso alguna cosa más. ¡Bien!
Orgullosa y feliz por mi gran logro, empecé con la segunda. Con la grande. La que tengo que facturar. Esa de 23kgs en los que es IMPOSIBLE meter todo lo demás.
Me paré delante, la miré, miré a la cama donde estaba toda la ropa por montañas y pensé: "No es tanta, he podido meter muchas cosas en la de mano y lo que me queda me cabe aquí sin problemas". ¡¡Y UNA MIERDA!! Con mi santa paciencia me puse a hacer rollos a todo lo que pude, evidentemente, las cosas más finas. Un pantalón, otro, otro, otro más. Chaquetas, pijamas, calcetines dentro de las botas, cada mínimo hueco que veía que me quedaba, ahí que metía un tanga, una braga, un cinturón o lo que fuera. Y por supuesto todo el rato con la frase en la cabeza de "¡todo esto me cabe!"
¿El problema? Que cuando tienes sobre la cama todo lo que te quieres llevar no tienes ni idea de cuántos kilos son y de lo que va a ocupar. ¿Y qué pasa? Que cuando por fín cerca de la hora y pico ya lo tienes casi todo metido y miras de reojo la maleta mientras enrollas lo último que te queda, ves que vas a necesitar que se siente encima un elefante para poder cerrarla porque si no... Chuuuuungo chungo.
Efectivamente. Al ratito, mis sospechas se cumplen. Y como por desgracia no tengo un elefante y mi perra pesa menos de 2,5 kgs, ahí estábamos, mi madre y yo de rodillas encima mientras cada una tirábamos de una cremallera. ¡Bien! Segunda maleta cerrada. Peso en mano cuelga la maleta de él. Levanto. Uno, dos, tres segundos... 24,500 kgs. ¡MIERDA!
A mí me ha llegado a pasar hasta 2,5 kgs de más pero en este caso me da bastante yuyu.
Abre la maleta y piensa de todo lo imprescindible que has metido, qué es lo que puedes sacar. ¡NADA!
Decido sacar un par de americanas, varios fulares y cinco camisetas. Cierro la maleta, la peso de nuevo y... 22,400 kgs. ¡¡¡¡¡¡¡¡Yujuuuuuuuuuu!!!!!!!! Felicidad máxima.
Abro la maleta y aprovechándome de ese margen de peso, meto las dos americanas (sí, para mí son básicas) y dos fulares de los que previamente había sacado. Vuelvo a cerrar la maleta y la peso por última vez pensando que iba a estar en los 23 kgs justos. Pero... ¡sorpresa! 23,500 kgs. WTF!!!!!!!! A la mierda, así se queda. No creo que me digan nada por medio kilo guarro. Y si me lo dicen, tendré que sacar mis adorables americanas.
Después de todo este
A partir de aquí, EMPIEZA LO BUENO.
enrollar es la clave !!!! jajajajaaja recemos por tu medio kilo de ropa extra ! A ver si el que nos atiende en el mostrador es majo/a y te perdona (o la bascula del aeropuerto te pesa menos jajjajaja no lo creo XD)
ResponderEliminarjaajaj Gran lio con esa maletas. meparece si no me equivoco que es 1 de 23kh y la de mano de 16 algo asi verdad? Mucha suerteee.. y en la sigueinte entrada cuentanos com te fue con tu maleta :)
ResponderEliminarBienvenida a New York!! Aunque yo estoy en New Jersey, que para el caso es lo mismo..jajaja
ResponderEliminarTe añado a seguir tu blog!;) un besito guapa y ánimo con los primeros dias!! :)